Dora Sales
Enrique Flores
Kalandraka

Al regresar a sus casas, algunos podrán abrir los grifos
para lavarse y preparar la cena. Pero la mayoría, que carecen
de agua corriente, tendrán que repartir entre toda la familia
el contenido de los cubos que han llenado en las fuentes públicas.
…Como Agni, un niño de diez años que ya desde los seis trabaja
en un lavadero. Mientras frota y refrota sin parar, Agni sueña
que algún día cambiará su suerte.
Su sueño es el de los más
de 250 millones de niños y niñas que madrugan cada día,
no para ir a la escuela o jugar, sino para trabajar, forzados
por las redes de explotación y esclavitud infantil o de forma
«voluntaria» para ayudar a sus familias, sumidas en la pobreza.
Una historia triste -entre la melancolía y la luminosidad que
Dora Sales transmite con una mirada tierna centrada
en el valor de los sentimientos, la esperanza y la voluntad
por progresar de su protagonista, que emociona y genera empatía.
Las acuarelas de Enrique Flores, que destacan por el trazo rápido
e imperfecto, nos transportan al hogar, la barriada,
al inmenso tendal…