
Una línea de árboles en flor y un cielo azul. Es lo único que hace falta para respirar primavera. Se siente diferente, se mira y huele de distinta manera. Cierro los ojos y siento el susurro del viento en la piel. Aspiro profundo y expiro sentimientos encontrados: quiero cambios, necesito retos (que sean cómodos, si es posible), lo he de conseguir, pero no sé si puedo. Abro los ojos y me topo con la realidad: una primavera de color azul con topos de algodón.
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